Traces of blood capitulo 1

CAPÍTULO 1 

“Dejando atrás los recuerdos”

En un pequeño pueblo al sur de la nación de Khaos, la tierra del señor supremo de todos los vampiros, se podía vislumbrar un tranquilo atardecer mientras que en el cielo resonaba el crujir de las ruedas de un tren contra las vías y el silbar de su campana.

En el interior de aquel tren, yacía sentada muy tranquila una joven, mirando por la ventana el paisaje que la rodeaba. Pocos segundos después, el tren se detuvo en una intersección de vías y la chica un poco extrañada tomó sus pertenencias y bajó de este. Cuando comenzó a caminar en dirección a un bosque silencioso que se encontraba a unos metros delante de ella y del tren, se escuchó un grito desde el lugar donde se situaba la palanca que cambiaba las direcciones de las vías.

-Heeeeey!- se escuchó por segunda vez- ¿a dónde vas?

La chica al escuchar al conductor, volteó en dirección hacia él mientras este proseguía:

-Más allá de ese bosque ya no hay nada…todo es un desierto, no encontraras a nadie, al menos no con vida.

-¡No se preocupe!- le respondió gentilmente la chica- no porque no vea nada, signifique que no haya nadie.

La misteriosa chica retomó su camino después de aquellas palabras y con una seña se despidió del conductor al mismo tiempo que este la observaba un poco confuso de lo último que le había dicho, y así, al terminar de mover la palanca hacia adelante para ajustar la vía a un nuevo camino, se apresuró a subir al tren y dar marcha para regresar.

La chica continúo caminando y pasado un rato, a lo lejos delante de ella, pudo verse una pequeña cabaña. Afuera se encontraba un joven sentado, se veía muy pensativo, pero al ver a la chica acercándose, se levantó rápidamente y corrió a encontrarse con ella.

-¡Hermana Eliz! Que sorpresa…no creí que llegaras tan pronto, dime, ¿cómo te fue en tu viaje? -preguntó el chico a su hermana.

-Bueno…-comenzó a hablar Eliz- me fue muy bien, gracias…pero dime Sedric- guardó silencio por un momento y después lo miró seriamente- quiero que me digas por qué el tren ya no llega más lejos, antes solía llevarme hasta la estación…quiero saber sí…los ataques cesaron desde que me fui.

-Hermana, acabas de llegar de un largo viaje…lo mejor es que descanses un poco, después hablaremos.

-No puedo descansar…no hasta saber, que fue lo que sucedió.

-Está bien –Sedric la miró seriamente mientras tocaba su hombro- entonces hay algo que tienes que ver.

Eliz y Sedric caminaban muy tranquilos mientras guardaban silencio. Los hermanos se dirigieron hacia una colina que se encontraba en la parte trasera de la pequeña cabaña, sin embargo, al llegar a la cima Eliz se llevó una gran sorpresa. Frente a sus ojos todo estaba totalmente destruido…cultivos, casas, todo… incluyendo la vida de las personas que una vez habitaron ese lugar. Lo único con vida en aquel sitio, eran los buitres que se deleitaban devorando los restos de las personas muertas.

-Pe…pero -Eliz trataba de hablar mientras su rostro solo reflejaba horror- ¿qué es esto?... ¿qué ocurrió aquí?... ¡dímelo!

-Desde que te fuiste, muchas personas también se fueron por los ataques que eran ya frecuentes. Pero hubieron quienes decidieron quedarse… después de todo este era su hogar, la única forma que tenían para sobrevivir; cuando te fuiste, los ataques cesaron pero…solo por un tiempo.

-¿Cómo que solo un tiempo?, ¿cuándo ocurrió todo esto?... toda esta masacre –preguntaba exaltada Eliz.

-Hace tres semanas, era una noche pacifica cuando todos los campesinos salieron y celebraron el hecho de seguir con vida y que sus cosechas fueron buenas… yo estaba en la celebración cuando de repente esas creaturas aparecieron desgarrando todo a su paso… matando al ganado y a los habitantes… yo corrí con la abuela a ver que estuviera bien, nos escondimos, no podía dejarla sola- suspiraba Sedric- tan solo observamos todo el horror por una pequeña ventana donde puse una barrera para que no nos encontraran… esa noche lo único que podíamos hacer era mirar como morían y todo se llenaba de fuego… esa noche- hacia una pequeña pausa- fue horrible… escuchar los llantos de los niños, señoras, ancianos… todos… todos suplicando por ayuda y siendo destrozados por esos monstruos -por último agregó- si me hubiera apartado de la abuela para ayudar a los demás, no hubiera soportado quedarse sola observando tal masacre… así que me aferré a ella para que se sintiera a salvo. Después de eso, la abuela quedó en shock por dos días, pero ya se encuentra bien.

Eliz guardó silencio unos instantes, estaba helada por el horror de la historia, pero al final pudo decir:

-Eso es simplemente horrible… me siento culpable por esas muertes -agachaba la mirada- sí no me hubiera ido, podría haber protegido a toda esta gente… todo es mi culpa… perdóname hermano.

-¡Hey! –Sedirc la tomaba del hombro- tranquila, no es culpa tuya, que te parece cambiar de tema, mira que la abuela y yo pensamos que ya no volverías y nos abandonarías en este desierto.

-¡Vamos! -Eliz se secaba una lagrima que corría por su mejilla- no seas tonto, como me olvidaría de ustedes… mi preciada familia.

Ambos hermanos sonrieron cuando de momento Eliz sintió una presencia maligna muy cerca del lugar donde se encontraban.

-¿Qué sucede Eliz? –le preguntó Sedric al notar el cambio de expresión en su rostro.

-Algo no está bien.

Y en cuanto Eliz terminó de pronunciar esas palabras, se escuchó una pequeña explosión desde la cabaña donde se encontraba en un inicio Sedric. Rápidamente los hermanos corrieron hacia la cabaña y al entrar a esta, no podían creer lo que veían ante ellos. El estómago de su abuela estaba siendo atravesado por la mano de un vampiro.

-¡Abuelaaaaa! -grito desesperadamente Eliz.

-No vayas, es peligroso -decía Sedric mientras la sostenía.

El vampiro dirigió su otra mano hacia el cuello de la abuela arrebatándole con dureza el collar que traía consigo.

-Jajajaja, esto es todo lo que necesito –decía para sí mirando al collar.

Después retiró la mano del cuerpo de la anciana y con un movimiento de sus grandes alas, provocando una pesada brisa que obligó a los hermanos a cubrirse los ojos, desapareció ante ellos mientras la abuela solo caía al suelo.

Pronto, Eliz se acercó a ella y enseguida lo hizo Sedric. Eliz tomó a su abuela entre sus brazos y con los ojos llorosos comenzó:

-Abuela, por favor resiste, vas a estar bien… por favor, no mueras.

-Hija mía -su mano alcanzaba la mejilla de Eliz- no te preocupes más por mi… lo importante es que tu estés a salvo… prométeme que pase lo que pase, vas a ser fuerte.

-A.. abuela- sus lágrimas no dejaban de caer.

-Mi niña, ya no llores más por mí, viví una vida larga y llena de felicidad, al tenerte a ti y a tu hermano los días fueron realmente maravillosos… no pierdas las esperanzas, muy pronto llegará el momento en que la oscuridad desaparezca de la tierra y la confianza entre humanos y vampiros regrese… se valiente hija mía, recuerda que a pesar de las circunstancias… no te encuentras so.. la..

Ante estas últimas palabras, la vida de la abuela se desvaneció con una pequeña sonrisa reflejada en su rostro, y Eliz solamente podía aferrarse fuertemente a ella mientras lloraba.


Frente a una cálida puesta de sol, los hermanos se encontraban en lo alto de la colina orando delante de la tumba de su abuela. Ambos estaban hincados y en silencio, pero de momento la mano de Sedric tocó el hombro de su hermana.

-Tienes que ser fuerte hermanita, recuerda que nada de esto es tu culpa.

-Lo sé, pero… no puedo evitar pensar que esto es culpa mía.

-La abuela –Sedric hizo una pequeña pausa y después prosiguió- realmente fue muy feliz durante todos estos años, y al final, lo que más deseaba era poder terminar su vida como cualquier otro humano, rodeada de sus seres queridos.

Eliz limpió sus lágrimas y junto a su hermano Sedric se levantaron y regresaron a la cabaña. Pronto, la noche se hizo presente, y Eliz se quedó sentada mirando por una ventana rota mientras Sedric guardaba algunas pertenencias en un morral de viaje.

…..

Por otra parte, dentro del castillo Tsuki que se ubicaba en el corazón de la nación de Khaos, a lo largo de los pasillos podían escucharse los pasos de una persona.

Blade Blackville quien era el que gobernaba dicha nación, se situaba parado frente a una ventana de la habitación en la que se encontraba. Desde un rincón del cuarto, había una segunda persona con la que hablaba. Unos segundos después, el sonido de los pasos acercándose se hacían más evidentes y de un momento a otro las puertas de la habitación quedaron abiertas de par en par.

-¡Bienvenido a casa, Padre! –gritó un poco molesta una joven que se acercaba a Blade.

-¿Cuántas veces te he dicho que toques antes de entrar, mi querida Luna?

-Te fuiste sin siquiera decírmelo, -le reprochó Luna a Blade- tampoco es que me incumban tus asuntos, pero soy tu hija y me gustaría saber dónde estás cuando no te veo por varios meses.

-Es verdad, -le respondió Blade mientras posaba su mano sobre la cabeza de su hija- discúlpame Luna, pero surgió algo muy repentino y por eso tuve que irme de inmediato.

-De acuerdo, pero dime… qué fue eso tan repen…
En ese momento apareció Sabaru-Ren, un vampiro al servicio de Blade, quién interrumpió su charla.

-Mi Señor, está hecho el trabajo.

-¡Perfecto! –aprobó Blade mientras se apartaba de Luna.

-¿De qué están hablando?... ¿qué trabajo Padre? –preguntaba Luna extrañada.
Blade se quedó callado y su hijo mayor Vincent, quién estaba recargado en la puerta, se acercó con voz desafiante.

-¡Vamos Padre!, no te quedes callado, responde… ¿o acaso hiciste algo inapropiado?

-¡Vaya, vaya!.. ¿Desde cuándo te volviste tan insolente? –preguntó Blade.

-Eso no viene al caso Padre, –le replicó Vincent- no quieras responder una pregunta con otra.

Ambos se miraron desafiantemente y al notarlo Luna se interpuso entre ambos.

-Ya basta los dos, no tiene sentido seguir peleando, aunque te agradeceríamos Padre que al menos nos contaras lo que tienes en mente.

-No es importante hija, no es nada que tengan que saber.

Enseguida Blade se marchó de la habitación junto a Sabaru; la persona oculta en el rincón del cuarto tan solo sonrió y desapareció dejando a Luna y Vincent solos, pero unos segundos después Vincent se dirigió a su hermana.

-¿Estas molesta?

-No tenías que ser tan grosero con Padre.

-Lo siento, pero esta es la verdad –concluyó Vincent- Padre jamás te dará una respuesta… él no es como tú piensas.

En ese momento Vincent se marchó de la habitación dejando sola a Luna en medio del silencio.

-Lo sé, hermano.
…..

Era un nuevo día, Eliz y Sedric habían decidido emprender un viaje, debido a que no podían quedarse más en la cabaña tras el incidente ocurrido, así que caminaban por el bosque, en silencio, sin embargo, a cada paso que daban Eliz comenzaba a sentirse muy intranquila.

-Hermana, ¿te encuentras bien?

-No sé qué es, pero… algo me está molestando –determinó Eliz.

-Quizá solo sea el cansancio, ¿deberíamos descansar?

-Está bien.

Los hermanos se dirigieron bajo un gran árbol; Eliz se quitó el morral que traía consigo y lo dejó en el suelo. Justo en ese instante, en un abrir y cerrar de ojos, un vampiro apareció frente a Eliz golpeándola en el estómago y arrojándola directamente contra un árbol.

-¡Eliiizzzzz! –grito Sedric mientras dejaba sus pertenencias de lado y miraba al vampiro- ¡maldito!, ¡¿cómo te atreviste a lastimarla?!

-Esta chica huele a Sangre Pura, así que quise comprobar si realmente pertenece a la realeza.

Y dicho esto, el vampiro chasqueó los dedos e inmediatamente aparecieron tras él un pequeño número de Oni.[1]

-Muy bien princesita –comenzó a decir mientras veía a Eliz levantarse poco a poco después del impacto- quiero comprobar sí no eres una pequeña impostora, porque de lo contrario, me darán mucho dinero por ti.

Eliz agachó la cabeza unos segundos y cuando la volvió a levantar, sus ojos se tornaron con un brillo intenso.

-Qué vista tan más maravillosa –exclamó el vampiro- espero que puedas entretenerme lo suficiente, sino mataré a tu compañero y a ti te romperé las piernas y brazos para llevarte conmigo y venderte.
                                                                       …..

Por otro lado, Luna se encontraba en un balcón del castillo mirando al cielo muy pensativa, cuando de pronto Vincent apareció y se paró al lado de ella de espaldas contra la cerca de piedra.

-¿Sigues molesta por lo de la noche anterior? –le pregunto Vincent con normalidad.

-No… de alguna manera… ya lo sabía, pero no lo quería aceptar, después de todo, él me cuidó todos estos años.

-Ya veo.

-Hermano –Luna agarró la mano de Vincent para acercarla a su boca- ¿serías capaz de matar a Padre?

Posteriormente, Luna clavó sus colmillos en la muñeca de su hermano y comenzó a sorber lentamente mientras él solo cerraba sus ojos.

-Si –le respondió luego de una pausa.

Pero de momento, Vincent abrió sus ojos de golpe, como si hubiera tenido un mal presentimiento. Luna al notarlo, aparto sus colmillos y limpió el hilo de sangre que corría por su mejilla.

-¿Sucede algo hermanito?

-No es nada –le sonreía- saldré un momento, así que compórtate.

Y dicho esto, Vincent se marchó rápidamente del balcón.

-Jajaja… se queja pero si es igual a Padre.

Luna miró nuevamente al cielo cuando una silueta apareció en la puerta del balcón.

-Es hora de regresar, Señorita.

-¿Tan pronto? –se quejó Luna- …mmm… está bien.

…..

El vampiro levanto el brazo y con una señal de su mano, los Oni se dividieron y se adelantaron a atacar a los hermanos. Ambos esquivaron los ataques, pero al hacerlo se separaron. Sedric empuñó una daga que traía consigo y comenzó a defenderse del ataque repetido de estos; uno tras otro, se iban encima de Sedric y con un rápido movimiento de su daga, iba atravesando el cuerpo de los monstruos reduciéndolos a cenizas.

Eliz por su parte, también esquivaba los ataques de los Oni y a la vez los devolvía. Empuñó una cuchilla y con esta lograba herir a sus oponentes.

Al agacharse para desviar un golpe, tomó del brazo a uno y lo hirió a un costado logrando que este cayera, el vampiro entonces, se dirigió rápidamente a Eliz y en un segundo de distracción la tomó del cuello acorralándola contra un árbol.

-Parece que te has cansado… esperaba más de ti –le indicó el vampiro.

-No… te… saldrás con… la tuya, maldito –le replicó Eliz.

-Pero si ya lo hice –el vampiro se acercaba al oído de Eliz- me pregunto si… tu sangre será tan deliciosa al igual que su aroma.

Los colmillos del vampiro se acercaron bajo el cuello de Eliz y cuando estaba a punto de morderla, se detuvo y soltó su cuello dejándola caer de lado, Eliz tosió por unos segundos y cuando volteó la mirada hacia el vampiro, se sorprendió de ver que una espada lo atravesaba del estómago.

-Ma… maldito… como te atreviste –reclamaba el vampiro.

-Guarda silencio, escoria –le respondía la voz detrás de él.

Y al terminar de pronunciar estas palabras, la espada penetró más el estómago del vampiro y al retirarla, este cayó al suelo muerto. Quien sostenía la espada era un joven encapuchado quien dirigió su mano al cuerpo del vampiro para incendiarlo.

-¿Quién… eres tú?

El joven encapuchado se dio vuelta ignorando a Eliz y comenzó a caminar.

-E.. espera –insistió Eliz.

-Tienes que buscar a la bruja.

Eliz se sorprendió de las palabras que dijo aquel chico encapuchado. Él tan solo continuó con su camino hasta que Eliz ya no pudo verlo más, ya que al final, cayó desmayada.





[......]


*** Los Oni son yōkai o monstruos del folclor japonés. Son ogros que viven en las montañas y generalmente son malvados. Los Oni pueden tener cuernos, colmillos, cargan con un arma y tienen la piel azul, roja o negra***


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2 comentarios:

  1. Está muy buena , me gustó ,esperaré ansioso el próximo capítulo

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  2. pues nos soy muy fan de leer pero si me entretuvo me hizo a que siguiera leyéndola :)

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