Traces of blood capitulo 12



CAPÍTULO 12


“Haciendo los preparativos” 


Después de la masacre ocurrida en el desfile de las flores, me dirigí junto con Alice
 a donde se encontraba mi hermano y los demás esperándonos.

 Al llegar, Elisa corrió para abrazar fuertemente a su pequeña hermana, 
estábamos un poco aliviados de que todos nos encontráramos reunidos y a salvo, 
pero de pronto, 
esa tranquilidad se apagó cuando los aldeanos que habían sobrevivido
 se nos acercaron con un semblante de odio y miedo en sus rostros. 
Nos echaron del pueblo, o bueno lo que quedaba de este, 
y a partir de ese momento… 
nada volvió a ser como era antes. 

Vagamos sin rumbo tratando de evitar las aldeas humanas
 y con ayuda de una vieja radio y la magia de Rose 
nos enteramos de que un grupo de humanos habían capturado 
a un vampiro de la nobleza y lo habían asesinado. 

Tomaron de su sangre y con esto obtuvieron un poco más de fuerza y poder
 para estar al nivel de un vampiro común.
 Su objetivo fue formar una organización llamada
 “Cazadores de Vampiros” 
y comenzaron a exiliar a los vampiros de las aldeas humanas.
 A quienes se resistían los mataban,
 no tenían piedad,
 atacaban desde niños hasta los vampiros de linaje más viejo,
 no tenían control,
 los humanos comenzaron una revolución y nosotros no teníamos escapatoria.

Caminamos dos días seguidos sin poder dormir,
 comer o beber agua… 
un vampiro puede soportar esas condiciones, 
pero llevábamos con nosotros a humanos.

 El propósito de nuestro viaje era encontrar a Gold, 
un vampiro que estaba formando un ejército para matar a humanos
 y teníamos que detenerlo,
 puesto que no íbamos a hacer lo que ellos querían… 
o más bien lo que Blade quería que fuéramos… 
asesinos…


……


Luego de su larga caminata, los chicos encontraron una cueva
 lo bastante grande para poder pasar la noche. 
Una vez adentro se tumbaron y respiraron con fuerza repetidamente.

 Pasado un rato, Sedric y Hayato hicieron una fogata  mientras que Elisa, Alice y Rose se quedaron profundamente dormidas por el cansancio. 

Junto con Eliz, los chicos se encontraban sentados frente al fuego sin decir palabra alguna,
 tan solo se escuchaba la madera crujir y las llamas danzar de un lado a otro.

Sin darse cuenta la noche envolvió todo a su paso con tal oscuridad, que apenas y podía verse con la poca luz que daba la luna. 
Hayato entre abrió sus ojos y se dio cuenta de que se había quedado dormido, 
al igual que Eliz y Sedric. 
Se levantó con cuidado y miró a los demás, 
pero se extrañó de ver que Rose ya no se encontraba durmiendo junto a las hermanas.

De pronto se escuchó resonar una voz por todo el interior de la cueva, era más bien una canción. 
Alguien se encontraba cantando una dulce melodía, por lo que Hayato siguió la tierna voz y vio a Rose sentada en la entrada de la cueva.

-No sabía que cantaras… 
–(Hayato interrumpió a Rose y ella volteó en automático dejando de cantar.)
-Es muy descortés interrumpir a una dama de esa manera.

-Lo siento mucho 
–(indicó Hayato mientras se sentaba a un lado de ella)
 -No era mi intención asustarte, pero dime
 ¿Qué haces aquí afuera?

-No me asusté…
 Para nada 
–(le respondió Rose con una mueca)
- Tan solo necesitaba respirar y aclarar mi mente.

-¿Tienes miedo? 
–(preguntó Hayato de pronto.)
-¿Qué?...
 ¿A qué te refieres?

-Quiero decir… 
¿Si puedes seguir con esto?...
 Tanto Eliz, Sedric, como yo,
 podemos aguantar la situación, 
pero para Elisa, Alice, incluso para ti que eres una bruja, debe de ser muy difícil. 
No me gustaría que algo malo les pasara… 
no soportaría la idea de perderlas.

-Entonces tendrás que esforzarte aún más 
–(le dijo Rose con una pequeña sonrisa.)

-¿Qué?
 –(preguntó Hayato sorprendido.)
-Tendrás que protegernos si llegamos a estar en peligro… 
Así que… 
Será mejor que no te separes de mí…

Hayato tan solo se quedó en silencio ante las últimas palabras de Rose. 
Ella en cambio desvió la mirada directo a la luna
 y luego cerró sus ojos por un momento.

Hayato la contempló hasta que Rose se dio cuenta 
de que él la miraba fijamente.

-¿Qué tanto estás mirando? 
–(le preguntó primero Rose)
-Es solo que… 
-(comenzó Hayato y continuó después de una pausa)
 -No me había percatado de lo hermosa que eres… 
Ni tampoco te dije que tu canción
 también lo fue…

En ese momento Rose se sonrojó con las palabras de Hayato, pero por alguna razón, 
ninguno de los dos apartó la mirada. 
Rose comenzó a sentirse inquieta y estaba a punto de acercarse a Hayato, cuando de pronto…

-¿Qué están haciendo aquí afuera?

Ambos se sorprendieron y en automático se apartaron uno del otro. 
Era Sedric quién los estaba buscando, 
pero al ver a Rose toda roja de la cara se preocupó un poco.

-¿Qué sucede Rose?

-¡Ha!...
 No es nada… 
-(se apresuró Rose en lavantarse)
-Yo me voy… 
Ammm… 
Los dejaré solos, ya saben, para que tengan su charla de chicos…
 A..Adiós.

Y después se dirigió al interior de la cueva a toda prisa dejando confundido a Sedric.

-Pero qué chica tan rara 
–(exclamó Sedric.)

-Y que lo digas… 
Es tan wow…
 -(suspiró Hayato.)

-Espera, ¿Qué?... 
¿Por qué dices eso, Hayato?

-Bueno, así pasa cuando ves a una persona y tus sentimientos son más grandes que la luna…

Al escuchar esto, ambos miraron en dirección a la luna y la contemplaron en silencio. 
Sedric, en cambio, tuvo un vago recuerdo del rostro sonriente de su querida Luna.

-Tienes razón
 –(de pronto dijo Sedric)
-Ahora comprendo lo que dices…
 ¡Wow!

Pasado un rato, Eliz quien se encontraba dormida,
 despertó de momento al sentir que alguien la estaba llamando.
 Al incorporarse lentamente se percató de que Rose yacía dormida a su lado, 
así que con mucho cuidado de no despertarla 
se levantó y caminó en dirección a la entrada de la cueva.

Mientras caminaba se preguntaba:

-¿Pero qué es esto que siento?...
 Alguien… Me llama.

Al llegar a la entrada vio que su hermano y Hayato se encontraban sentados
 teniendo una charla alegre, puesto que ambos reían.
 De pronto una nube cubrió el brillo de la luna
 y cuando la cueva se oscureció totalmente por unos segundos, 
Eliz aprovechó y salió de ahí sin que nadie se diera cuenta. 

Comenzó a correr en medio del oscuro bosque y en momentos se detenía gritando al aíre
“¿Quién eres? o ¿Dónde estás?”,
 sin embargo, no obtenía respuesta alguna.

Continuó corriendo y llegó un punto en que no se dio cuenta hacía donde se estaba dirigiendo.
 Paso a paso llegó hasta la orilla de un acantilado 
y antes de caer unas manos la sujetaron de su cintura.

-Pero…

-¡Oye!, 
Si hubieras dado un paso más, 
no podría haberte visto esta noche.

La voz tras su espalda fue inconfundible para Eliz, estaba un poco sorprendida pero al mismo tiempo aliviada.

Volteó un poco su rostro y miró con el rabillo de su ojo a la persona que la había ayudado.

-Vincent…
 ¿Qué haces aquí?

-Vine hacia ti
 -le respondió vagamente- 
-Acaso
 ¿No reconociste mi presencia?

-Tú…
 ¿Eras el que me estaba llamando?

-Así es
 –(le dijo Vincent con un tono más alegre.)

-¿Qué es lo que quieres? 
–(preguntó Eliz confundida y al instante recordó
 que las manos de Vincent seguían posadas en su cintura, pero guardó la calma)
-¿Puedes soltarme ya?

-¡Oh!, disculpa
 –(retiró sus manos de Eliz)
-No pretendía faltarte al respeto, 
pero casi caes por ese acantilado.

-¿Y de quién crees que es la culpa?
 –(indicó Eliz un tanto molesta)
-Tú me llamaste hasta aquí, 
así que no pretendas que fuiste el que me salvó.

-Yo no te llamé a este punto, 
tú sola corriste hasta aquí…

-Ammm…
 -(se avergonzó un poco Eliz)
 -De todos modos,
 ¿Qué es lo que quieres de mí?

-Tan solo, quería asegurarme de que estuvieras a salvo 
–(respondió gentilmente Vincent)
-Cuando estás con tus amigos no puedo escucharte ni sentirte y eso me causa inseguridad.

-¿A qué te refieres?,
 ¿Cómo que escucharme o sentirme?

-Es algo complicado de decir
 –(respondió Vincent apartando la mirada)
-Al llevar una vida como humana 
es difícil que lo entiendas.

-Como sea
 –(prosiguió Eliz sin darle mucha importancia)
-Tú y yo no tenemos nada que ver, 
eres mi enemigo… 
Y si no me dejas en paz entonces 
yo misma te asesinaré,
 ¿Oíste?

-Está bien.

-¿Qué? 
–(hizo una pequeña pausa Eliz al escuchar esa respuesta)
 -¿Acaso estás de acuerdo?... 
No estoy jugando Vincent.

-Y yo tampoco 
–(le respondió al mismo tiempo que volvía la mirada directamente hacia sus ojos
 y al segundo siguiente ya se encontraba de frente a Eliz acorralándola contra un árbol y tomándola de la mano derecha)
 -Mátame…
 Pero cuando lo hagas nunca dejes de mirarme,
 porque son tus ojos los que quiero que me miren
 hasta el último minuto de mi muerte.

Eliz ante esta acción y palabras no pudo evitar sonrojarse, así que intentó zafarse de la posición en la que se encontraba.

-Ya suéltame, 
¿Quién te crees que eres para tratarme así?
 Y cortejarme impuro

-Seré un impuro
 –(prosiguió Vincent sin retroceder)
-Pero lo que escucho y siento de ti me dicen otra cosa… 
Y disculpa si actué de este modo 
–(Vincent se acercó a su oído)
-Pero hay seres malignos en este bosque que buscan Puros como tú, 
tan solo escondía tu aroma de ellos.

Eliz miró al lado contrario y se pudo percatar que abajo, a lo lejos, se encontraban secuaces de Blade seguidos por dos sombras.

 Vincent se apartó de Eliz y caminó por la orilla del acantilado.

-Ellos seguramente vienen por ti y tus amigos 
–(continuó Vincent y enseguida detuvo sus pasos)
- Sé que quieres ir en busca de ese tipo llamado Gold, la verdad no me importa ni tampoco me preocupan los “caza vampiros”, 
pero… Temo que Blade te encuentre y te atrape
 –(en ese momento Vincent dirigió su mirada a la luna)
 -Si eso llegara a pasar, tú estarías en grave peligro…
 Y… Mi existir ya no tendría sentido.

-Y dime... ¿Cuál es tú razón de existir?
-(pregunto Eliz un poco confundida)

El viento comenzó a soplar suavemente, 
las ramas de los árboles danzaban y algunas hojas se desprendían flotando por donde la corriente las llevara, de repente Vincent sólo respondió:

-Tú....

 Ambos sintieron las caricias frías del viento por todo su cuerpo a la vez que sus cabellos largos se movían.

 Eliz no podía apartar su mirada de Vincent,
 quién aún se encontraba mirando la luna, 
y sin darse cuenta se acercó un poco hacia él 
susurrando con un semblante ruborizado.

-Eres… Tan hermoso.

En automático, Vincent volvió la mirada hacía Eliz
 y ambos se miraron fijamente, 
pero al notar que Eliz se acercaba cada vez más a él, cerró los ojos y se apartó.

-Lo siento 
–(se disculpó Vincent lleno de pena)
 -No podría obligarte a sentir algo que seguramente no sientes, no es tan buena idea me mires a los ojos.... 
No pretendía quitarte tanto tiempo, 
así que iré directo al grano… 
Eliz, te estaré esperando a las once de la noche 
en la entrada escondida del páramo 
que divide el Castillo Tsuki de las aldeas humanas, ve con tus amigos, les llevaré armamento especial
 con el que podrán defenderse… 
No quiero que nada malo les pase,
 ¿De acuerdo?

-Está bien… 
Confiaré en ti Vincent.

-Una cosa más, mírame bien Eliz.

Al levantar la mirada y verlo directamente a los ojos, Eliz de pronto cayó dormida y Vincent la sostuvo antes de que terminara en el suelo, 
después la cargó gentilmente entre brazos y comenzó a caminar al interior del bosque, 
donde sus siluetas se perdieron
 entre la oscuridad de la noche.


……


Por su parte en uno de los jardines del castillo Tsuki Luna se encontraba sentada frente a una jardinera quitando la maleza que crecía entre sus preciadas rosas rojas.

Acompañándola en la fría noche,
 estaba Sabaru sentado en una de las bancas presentes en el jardín, 
cuando de pronto uno de sus sirvientes se acercó a él 
y le susurró al oído, provocando que una pequeña sonrisa se le escapara.

 Al terminar, el sirviente se retiró y Sabaru se levantó de la banca
 dirigiéndose al interior y dejando sola a Luna
 sin que ella se diera cuenta.

Sabaru caminó por uno de los pasillos y se detuvo frente a una puerta, la cual abrió sin antes llamar y posteriormente entró al interior de la habitación.

Miró a Akira quien se encontraba sentaba frente al tocador cepillando su cabello y Sabaru burlonamente comenzó.

-¿A que no adivinas de lo que me acabo de enterar?

-Primera, 
¿Quién te crees para entrar así a mi cuarto? 
–(respondió Akira molesta)
-Y en segunda, ¿Piensas que realmente me importa lo que tengas que decirme?

-Debería importarte 
–(prosiguió Sabaru con el mismo tono de burla).

-¿Ah, sí?.... 
Fuera de aquí… Nada de lo que digas es de mi interés.

-Pero si se trata de tu queridísimo Vincent.

-Ya te he dicho que no me importa 
–(insistió Akira.)

-Bien…
–(Sabaru caminó un poco hacia la puerta)
-Entonces no te importará saber que tu amado estaba… 
Uon alguien más… 
Una chica por ejemplo, y se encontraban demasiado cerca uno del otro…
 Puede que se vuelvan a encontrar… 
Y muy pronto…

-Te dije que te fueras.

-De acuerdo, pero luego no vengas a mí 
reprochando que no te lo advertí.

Y sin más por decir, 
Sabaru salió de la habitación de Akira 
con una gran risa.

 Ella por su parte, se quedó pensando unos segundos y también dejó su habitación 
para ir en busca de Vincent. 

Al doblar por uno de los pasillos
 vio a uno de los guardias del castillo y le preguntó por Vincent.

El guardia le indicó que se encontraba descansando en su habitación
 y sin más tiempo que perder, 
Akira se dirigió a toda prisa allí, 
pero antes de llegar escuchó vagamente la voz de Vincent llamando a uno de los sirvientes.

Rápidamente Akira se escondió detrás de un muro y se asomó en dirección de dónde provenía la voz,
 luego vio a Seinen acercarse a Vincent
 y este abrió la puerta de su habitación para que entraran sigilosamente.

Con mucho cuidado de no ser descubierta, Akira se dirigió a la puerta
para así poder escuchar la conversación 
que tenían Vincent y  Seinen.

-Disculpa por ser tan repentino
 –(dijo primero Vincent)
- Pero la he vuelto a ver, y siento
 que mis sentimientos por ella se hacen cada vez más grandes.

-Me da mucho gusto por usted amo Vincent
 –(le dijo Seinen con un semblante de preocupación)
-Pero al mismo tiempo temo que puedan descubrir que es la señorita Eliz.

Al escuchar el nombre de Eliz, 
Akira quedó completamente sorprendida
 y al mismo tiempo
 la invadió un sentimiento de odio.

-Cuando vuelva a caer la noche 
–(prosiguió Vincent) 
-Ire nuevamente a verla y le diré que planeo unirme a su grupo, después de eso regresaré por Luna y me la llevaré lejos de aquí, así que ten listas sus cosas.

-¿Y qué pasará con su compromiso, 
amo Vincent?

-Eso no me importa…

Al escuchar las últimas palabras de Vincent, 
Akira se enojó aún más y apretando sus puños fuertemente se marchó de regreso a su habitación. 
Sin embargo, no se dio cuenta de que la charla entre Vincent, y Seinen no había terminado.

-Seinen, una cosa más… 
Necesito que prepares para mí 
un poco del armamento que tienen guardado en este castillo.
 Cuando lo tengas, déjalo escondido en el lugar de siempre.

-Como ordene, mi amo.

Y haciendo una pequeña reverencia
 Seinen se retiró de la habitación de Vincent.


……


Pasada la madrugada,
 los pocos rayos de sol que había tras la nubosidad del cielo, acariciaban los árboles e iluminaba la entrada de la cueva. 
Eliz poco a poco abrió sus ojos y trato de incorporarse, después trató de volver en sí y se dio cuenta de que se encontraba en la cueva
 junto a sus demás amigos, 
quienes seguían dormidos.

Casi enseguida vinieron a su mente imágenes del encuentro que había tenido con Vincent y sacudiendo su cabeza se despejó, se levantó para estirar un poco los brazos y posteriormente decidió salir a caminar un poco.

Pasado un rato también despertó Sedric y este a su vez movió a Hayato de un lado a otro para que despertara.

 Al conseguirlo, Hayato se levantó
 haciendo ruido al bostezar y casi enseguida las chicas también despertaron. 
Una vez que todos se encontraban de pie,
 salieron de la cueva para estirarse y respirar el aíre fresco.

-Veo que todos ya han despertado 
–(los recibió Eliz quien se acercaba con muchas manzanas entre los brazos)

-¿Acaso te has ido tu sola a buscar comida? 
–(le preguntó Sedric resignado)
-Te he dicho muchas veces que puede ser peligroso.

-Está bien hermano, además no quería molestar a nadie, necesitaban descansar después de caminar tanto.

-Es verdad 
–(prosiguió Hayato)
 -Las chicas debieron pasarlo mal.

-No se preocupen por nosotras 
–(intervino Elisa)
-Ya que Alice y yo tomamos la decisión de seguirlos, no queremos ser una carga para ustedes.

-Pero tampoco deberían sobre esforzarse 
–(inquirió Rose)
-Son parte de este grupo ahora, 
así que no duden en decirnos lo que sienten.

-Gracias Rose, y gracias a todos ustedes chicos,
 por habernos aceptado a Alice y a mí.

Al escuchar el agradecimiento de Elisa, 
todos les sonrieron con alegría y luego Eliz les repartió a cada uno dos manzanas.
 Mientras comían placenteramente
 se preguntaban sobre los planes posteriores,
 así que Eliz comenzó a explicarles.

-Bueno chicos, por hoy nos quedaremos a descansar y más tarde nos dirigiremos a la entrada escondida del páramo
 donde un viejo amigo nos traerá armas.
 Todo es seguro, así que pueden quedarse tranquilos. 

Sin embargo, Sedric no se quedó para nada tranquilo con la noticia y miró a Eliz de forma desconfiada.
 Ella al percatarse de la mirada de su hermano
 tan solo le sonrió y luego desvió sus ojos al interior del bosque.


……


Entrada la noche,
 Vincent salió de su habitación y caminó por uno de los pasillos
 hasta que se encontró con Akira.

-Vincent, 
qué bueno que te encuentro 
–(comenzó alegre Akira)
 -Prepare un festín solo para ti, 
está en el comedor esperándonos,
 así que debemos darnos prisa.

-Lo siento, 
pero no tengo hambre… 
Si me disculpas.

Y sin más por decir, 
Vincent apartó de él a Akira y se fue caminando 
dejándola sola.

Akira mantuvo la calma y se dirigió hacia uno de los balcones del castillo 
donde se encontraba Luna.

Al llegar, se acercó a ella y la trato tan cariñosamente
 como podía.

-Mi pequeña Luna, 
sabes que yo te aprecio mucho… 
¿Tú también me quieres?

-Por supuesto 
–(respondió Luna sin pensarlo dos veces)
-Te casarás con mi hermano, 
así que serás como una hermana para mí.

Al tiempo que Luna decía estas palabras,
 Seinen coincidió con ese camino y se detuvo atrás de la puerta del balcón.
 Mientras Akira prosiguió hablando.

-Claro que si querida,
 seremos como hermanas,
 pero quizá tu hermano no lo quiera así…
 Y hay una persona mala que nos quiere separar.

-¿Cómo?,
 ¿Quién es esa persona? 
–(le preguntó Luna enojada.)

-Es una mujer mala… Una enemiga de tu padre, 
así que para que no le haga daño a Vincent
 ¿Me ayudarás a protegerlo?

-Por supuesto, 
¿Qué tengo que hacer?

-Es muy sencillo 
–(prosiguió Akira)
 -Sólo tienes que estar junto a Vincent 
mientras yo voy a acabar con la vida de esa mujer.


Ante estas palabras,
 Seinen se retiró en silencio y Akira solo dejó salir una gran carcajada.






Derechos Reservados S.A & C.V Derechos de Autor. Todo uso indebido de este contenido será                            procesado por la ley. Ciudad de México. D.F. Redactoras: Esmi&Anfi

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